(Fuente: La Verdad 04/01/08)
El empleo en la Región, tras una década floreciente, ha aguantado como ha podido desde hace meses la caída de ciertas actividades y del consumo. Sin embargo, el sector ha llegado a final de año con algunos indicadores tan desequilibrados, que presagian meses harto delicados. El paro registrado en diciembre ha experimentado un deterioro tal que de una sola tacada ha pasado a encabezar varios rankings marcadamente negativos. Somos la Comunidad Autónoma con mayor porcentaje de crecimiento del desempleo respecto al mes anterior, Murcia es también la más veloz en encaramarse a la cima del aumento anual del paro, con el 18,43%.
Los inmigrantes, colectivo muy vulnerable y con escasa cualificación laboral, ha sido otra vez el más desfavorecido por la crisis de la construcción y por el goteo de la agricultura y los servicios, hasta el punto de que han acumulado en el año un 58% más de desempleo que en enero, igualmente ha caído el número total de contratos interanuales... Algo mejor ha sido el comportamiento del empleo femenino y entre los jóvenes, aunque la preferencia de los empleadores sigue siendo evidente a tenor de la legión de mujeres paradas en la Región. En los tiempos de vacas gordas, empresarios y sindicatos han conseguido algunas mejoras, aunque, como se ve, no parecen suficientes.
A esta explosión de datos negativos es preciso añadir el alto nivel de precios (causa y efecto de gran parte de los males económicos). Murcia, que ya abandera la inflación interanual con el 4,6% en noviembre, volverá a situarse probablemente en primera posición el día 15, cuando se conozcan los resultados del IPC del 2007 en las distintas comunidades.
La situación económica y financiera internacional ha cambiado desde el verano. Ha finalizado una etapa expansiva y nos adentramos en otra más sombría e incierta. Los responsables económicos de aquí y de allá parecen, sin embargo, más preocupados en tranquilizar a la población con sus declaraciones que en coger el toro del deterioro por los cuernos de las iniciativas. Las actuaciones antiinflacionistas -consensuadas con los sectores regionales afectados- no admiten demora, máxime tras la batería de subidas de productos y servicios de enero. Igualmente son necesarias nuevas medidas laborales pactadas con los agentes sociales para fomentar la competitividad, la productividad, el uso de nuevas tecnologías, etc. Mientras este impulso no llegue, el crecimiento económico regional será cada vez más débil, los precios cada vez más altos y el poder adquisitivo de las familias cada vez menor.
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