miércoles, 30 de enero de 2008

Zarcilla y La Paca siguen en obras tres años después del terremoto


(Fuente: La Verdad)

Las calles están 'tomadas' por camiones, grúas y excavadoras que reconstruyen las viviendas que fueron demolidas En el barrio de casas prefabricadas todavía viven 14 familias que se quedaron sin hogar


EL TERREMOTO
Fecha: 29 de enero de 2005.

Intensidad: 4,6 grados en la escala Richter.

Hora: 8.40 horas.

Epicentro: Al sur de Bullas.

Duración: Seis segundos.

Afectó: Al 80% de las viviendas de Zarcilla de Ramos y La Paca.

Demolición: Se tuvieron que echar abajo más de un centenar de viviendas.Réplicas: Se contabilizaron más de un millar en los primeros meses.

Sin casa: Medio centenar de familias pasaron la noche fuera de sus viviendas amenazadas de ruina.

El 29 de enero de, 2005 cientos de vecinos de Zarcilla de Ramos y La Paca se echaban a la calle. Lo hacían aterrados. Huían de sus viviendas que se desquebrajaban como consecuencia de un terremoto de 4,6 grados en la escala Ritcher. La mayoría estaban a esa hora, las 8.40 horas, en sus viviendas, ya que era sábado. A muchos no les dio tiempo ni a vestirse. En pijama, bata y zapatillas emprendieron la marcha después de ser zarandeados durante seis largos segundos.

De aquel día han pasado ya tres años. Ayer, los vecinos de Zarcilla de Ramos y La Paca recordaban la efemérides con no cierta preocupación, ya que hace algunos días, un pequeño temblor volvió a poner a todos el corazón en un vilo. Las calles de estas dos poblaciones todavía están tomadas por camiones, grúas, excavadoras y montones de arena y ladrillos. Decenas de albañiles reconstruyen las viviendas que tuvieron que ser demolidas como consecuencia del terremoto. Una treintena de familias fueron acogidas en dos barrios de casas prefabricadas. Todavía 14 de ellas, residen en ellos a la espera de que concluyan las obras en sus viviendas. «De 26 familias que éramos quedamos todavía 13 o 14», cuenta Mari Carmen Sánchez, que perdió en el terremoto su casa y su negocio.

Ella y su familia, su marido, dos hijos y su suegra, viven en 60 metros cuadrados. «Pasamos mucho frío, porque esas casas es como estar en la calle». El barrio de casas prefabricadas está compuesto por tres hileras de viviendas. En el exterior de algunas hay macetas, pequeños jardines, que recuerdan a sus dueños los patios de sus anteriores viviendas. Durante los tres años que llevan sus inquilinos en el lugar incluso ha habido el nacimiento de una pequeña que acaba de cumplir 15 meses y a la que en pocas semanas se sumará su hermanito.

Entre las familias que viven hay dos a las que todavía no les han demolido sus viviendas, por lo que para ellos, la espera parece que será más larga. Ayer, los vecinos se felicitaban unos a otros porque aquel 29 de enero de 2005 no hubiese ni un herido. «Suerte, tuvimos mucha suerte», decía Sebastián Picón. Su amigo de paseos, Domingo Gálvez, asentía: «¿Vaya susto que pasamos!. Todavía me acuerdo».Poco a poco esperan que Zarcilla y La Paca recobren la normalidad, aunque dicen que nunca olvidarán ese día.

«Vivimos en una casa prefabricada»

Mari Carmen Sánchez perdió en el terremoto de hace tres años su casa y también su negocio, una expendeduría de tabacos. «Vivimos en una casa prefabricada, porque no han terminado las obras de reconstrucción. Nos queda todavía un año».
«Pagamos 300 euros de luz»
María Noguera Martínez pertenece a una de las 14 familias que viven en el barrio de casas prefabricadas. «Aquí se pasa mucho frío. Tenemos la calefacción encendida día y noche. Algunos meses pagamos más de 300 euros de luz».
«Me pilló recién levantado»
Sebastián Picón acababa de levantarse cuando el temblor los movió todo. «Me pilló recién levantado, dentro de la casa, porque era sábado. Todo se movió. La casa se me estropeó bastante, pero hemos conseguido arreglarla al completo».
«Se me caía la casa encima»
Domingo Gálvez recorría ayer tranquilamente las calles de Zarcilla junto a su amigo Sebastián. «Sí que me acuerdo de aquel día. Se me caía la casa encima, los ladrillos, los muebles... ¿vaya susto! que nos dimos. Pasamos miedo con las réplicas».
«Aún estoy poniendo tejas»
Pascual Martínez ejerce ahora como albañil. Reconstruye su casa que fue demolida junto a su negocio. «Sigo viviendo en las casas prefabricadas. A ver si terminamos ya la casa. Estoy poniendo tejas para aligerar los trabajos».
«Mi casa quedó destrozada»
Pedro Robles Romera asegura que todavía recuerda con temor aquel día. «Mi casa se ha reparado, aunque quedó muy destrozada. Aquel día lo vivimos con muchos nervios, con temor. Aún hoy no podemos olvidar lo que pasó y pasamos».

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