El traslado de los locales de La Curva genera división de opiniones entre vecinos y usuarios

LOS PUBS de la curva, como se denomina a la playa de La Puntica de Lo Pagán debido al giro que realiza la carretera costera, cerrarán sus puertas dentro de unos años para ubicarlos en una zona comercial fuera del pueblo

(Fuente: Diario El Faro de Murcia)

Son las 24:30 horas de un sábado del mes de octubre; la temperatura es de 18 grados y la ausencia de viento convierte al paseo marítimo de Lo Pagán en un lugar ideal para pasear, tomar una copa y charlar con los amigos frente al mar.

Una ubicación privilegiada que ha convertido a la playa de La Puntica, más conocida como La Curva, en el centro de ocio más popular del Mar Menor, pero que en el plazo de dos años podría trasladarse a una zona comercial alejada del casco urbano.Pasada la medianoche, un grupo de jóvenes, estudiantes de los institutos de la comarca especialmente, se reúnen en la puerta de los populares pubs para organizar su noche de ocio. Los menores de 18 años no pueden acceder a los locales; de ello ya se encargan los guardas jurados que custodian las puertas, como Esteban Conesa, que junto a su compañero vigila la entrada del ‘Santa María’, el local más vistoso de la zona gracias a la réplica de un antiguo galeón que corona el tejado. Nadie puede acceder al interior sin mostrar el carnet de identidad.

“En verano, como hay tanta gente, alguno intenta colarse, pero no los dejamos, en eso somos muy estrictos”, afirma. En algunos casos, los menores han venido acompañados de sus padres, “pero ellos no los dejan consumir, por lo tanto no se incumple la ley”. Para Esteban, la ubicación de los pubs, frente al mar “es única, y si se los llevan a otro sitio, cerca de una carretera, será mucho más peligroso para los jóvenes”.

Traslado de los pubs

El traslado de los pubs a una nueva zona comercial se perfila como la solución para acabar con las protestas de los vecinos, que desde hace muchos años no han cesado de denunciar los ruidos que generan los locales. La Asociación La Junquera lleva diez años presentando todo tipo de denuncias, “ya que la aglomeración de gente deja las calles hechas un asco, con vómitos, suciedad, orines, en fin, una situación insoportable”, afirma su presidenta, Josefina Bjork. Una de las denuncias contra el ‘Santa María’ sí prosperó y le supuso a su propietario una sanción de 50 millones de pesetas en base a que la estructura podía ser peligrosa por su falta de seguridad, pero el barco no fue desmantelado.

El ex alcalde, Pedro José Pérez, firme partidario de que los pubs siguieran en la misma ubicación “porque los padres sufren menos sabiendo que los hijos no tienen que coger un coche para irse a otro pueblo a divertirse”, decidió finalmente buscar una solución y firmó en su día un convenio con los propietarios por el que al cabo de 15 años, los locales, que están ubicados en una zona de dominio marítimo-terrestre, pasarán a ser propiedad del Ayuntamiento para convertirlos en centros de actividad cultural y deportiva.Su sucesor, José María García, ha manifestado a elfaro que el convenio “está pendiente de modificación” y que el pasado mes de junio tuvo una reunión con todos los propietarios para exigirles que se cumplieran a rajatabla las ordenanzas en cuanto a ruidos y horario de cierre. Todos los locales tienen unos limitadores de ruido, y si hay alguna denuncia de vecinos, los técnicos de Medio Ambiente se desplazan para realizar la medición.

En caso de que se sobrepase el límite permitido, se les sanciona, pero según el concejal de Medio Ambiente, José Luis Caravaca, no ha habido ninguna multa por ruidos, “aunque sí por incumplir el horario de cierre, que está establecido a las 3:30 horas de la madrugada, y la sanción en ese caso siempre es la más alta porque queremos que sea ejemplarizante”, afirma.Los clientes habituales de esta zona, así como los trabajadores de los locales, no están de acuerdo con ese traslado, “porque perdería su encanto: su ubicación frente al mar es un privilegio. Además, no hay vecinos y tampoco tanto lío como algunos dicen, yo llevo diez años trabajando aquí y nunca he tenido el más mínimo problema”, afirma Miriam Alegría, relaciones públicas de una discoteca ubicada en las afueras, que aprovecha las primeras horas de la noche para visitar La Curva.

Mala imagen

Y es que la lucha entre vecinos y usuarios es larga y encarnizada. La Asociación La Junquera ha protestado ante todas las instancias y no sólo por las molestias a los vecinos, sino también a los veraneantes “de toda la vida” y de edad más bien avanzada que cada año vienen a tomar las aguas del Mar Menor. El propietario de uno de los hoteles con más solera de la playa considera que la situación que presenta la playa a primera hora de la mañana, llena de botellas, vasos y todo tipo de suciedad, no es la imagen más adecuada para la promoción turística de la zona.En el otro extremo, los partidarios de que los locales se mantengan en La Curva, alegan que los pubs no son los responsables de los botellones ni de las conductas irresponsables que a veces han degenerado en peleas y agresiones. La reciente agresión a un joven ecuatoriano no se produjo en los locales, sino en una calle cercana, “por lo que no se nos puede achacar la responsabilidad”.

Los jóvenes mayores de 16 años solicitan espacios para ellos

Los jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 18 años se consideran ‘marginados’ en los locales de La Curva, ya que tan sólo en una discoteca tienen permitido el acceso. Los guardas jurados de los pubs tradicionales son muy estrictos a la hora de exigirles el carnet de identidad, y así ocurre que en algunas pandillas de diferentes edades los miembros más mayores pueden entrar a ellos y consumir alcohol, mientras que los más jóvenes deben optar entre quedarse en la calle y esperar a los compañeros, o pasar toda la noche dentro de ‘Pass port’, la discoteca que ocupa el local del mítico ‘Varadero’ y que es sucursal de otra ubicada en el cruce de El Raal. “Deberíamos tener una disco sin alcohol para nosotros, como hay en Madrid o en Murcia”, comentaron a elfaro un grupo de jóvenes ‘afectados’.

Reacciones

José María García“Como alcalde, mi primera preocupación es que los vecinos no soporten más esta situación, y nos vamos a poner serios con los ruidos. Si no se controlan, va a haber cierre de locales”.

Jonathan Martínez“No nos gustaría nada que se llevaran los pubs a una zona comercial, siempre han estado aquí, es una tradición, y además aquí no tenemos que coger el coche para trasladarnos”.

Miriam Alegría“Llevo diez años trabajando como relaciones públicas de un local nocturno y jamás he tenido el menor problema. Éste es un lugar único y no hay vecinos al lado, no deben trasladarlos”.

José Clemente López“Si quitan los pubs de allí, los padres van a tener doble preocupación, ya que se irán a otro sitio y correrán más peligro en coche. Los que hacen botellón son otra especie”.

José Luis Caravaca“Los técnicos de Medio Ambiente colocaron unos limitadores de ruidos en los pubs, y cuando se reciben quejas de los vecinos, se les llama para que hagan la medición correspondiente”.