jueves, 14 de junio de 2007

La pesadilla de los 40 grados, otro verano más

Aún quedan algunos días para que el verano, oficialmente, entre en el calendario, pero desde hace algunos días, como es tónica general en nuestra tierra, hace semanas que un verano fresco, cercano a los 30 grados en la capital y en torno a los 26 grados en la costa de máxima, se había instalado a sus anchas, en este rincón de la península.


Pero definitivamente, el mercurio ha dado estos últimos días el salto típico por estas fechas, y el verano déspota, ha impuesto su dictadura, a lo largo y ancho del territorio murciano.



Como siempre, faltan algunos días o semanas para que los medios de comunicación estatales den la noticia de la entrada del verano y subida de temperaturas en las ciudades y regiones de siempre, las "comerciales". Todavía falta algunos días o semanas para que las imágenes de Sevillanos achicharrados a 38 grados copen portadas y titulares, o que rincones del norte de España superen los 25 grados también ocupen su espacio televisivo. Faltan también algunos días para ver norteños valientes atreviéndose a darse el chapuzón en las aguas frías del cantábrico o el atlántico, presumiendo de su "buen clima" ante millones de espectadores crédulos.
En lo que nos atañe a los murcianos, otro junio más batimos todos los récords. Sí, nosotros, los murcianos, estos que nunca salimos o no nos "sacan" en la tele, aunque sólo haya que echar un ojo a cualquier diario estatal o regional, al apartado temperaturas, y constatar que ostentamos, como es frecuente por esta época y a pesar del "silencio" que imponen algunos medios de comunicación cuando deben pronunciar la palabra "Murcia", las temperaturas máximas de todo el Estado.

La capital murciana cada día, va escalando un grado más de máxima, hasta quién sabe cuánto llegaremos (ojo, que avisan de una "ola de calor", aunque nosotros ya estemos subidos en ella). En algunos puntos de la capital 36 grados, se han alcanzado ayer y hoy, 14 de junio, la costa mediterránea murciana, rozando los 30 grados, y la costa marmenoriense, superando los 30 en algún grado más. Las aguas del Mar Menor están a punto de alcanzar las temperaturas, típicas de julio y agosto, en la que la laguna se convierte en puro caldo hirviendo, imposible de refrigerar o levantar una brisa fresca.

En fin. De norte a sur, de este a oeste, de todo el territorio murciano, el calor estival ya está aqui, como una ola de fuego diurna que deja la atmósfera recalentada cuando el sol se pone, y que sólo en las cercanías del mar, una suave brisa, resistiendo los rigores del astro en esta latitud, parece aliviar, perfumando las bonitas y soñadoras noches de verano.

Pero como siempre, resistiremos, y el otoño llegará más tarde o temprano, a darnos el trago merecido de alivio. Ningún verano es eterno y el nuestro, afortunadamente, aunque a veces lo parezca, tampoco. A disfrutar mientras tanto.

Javier García M.

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