MANUEL BUITRAGO
Obras del tren AVE en Alquerías.
En ninguno de los sentidos. El Ministerio de Fomento, por ejemplo, está gastando cada año en aquella comunidad autónoma casi diez veces más que en la Región de Murcia. Como se ve, la proporción no aguanta la más mínima comparación, sobre todo porque Cataluña no tiene diez veces más de habitantes de Murcia. Pero por algo es Cataluña. Las cifras de inversión en la nación catalana las ofreció la ministra Magdalena Álvarez cuando compareció hace unos días en el Congreso, con el objetivo de aplacar la rebelión política del Tripartito por el verano de desgracias que soportan los ciudadanos gobernados (?) por José Montilla, Carod Rovira y Joan Saura.
Dijo la ministra que su departamento está invirtiendo allí a razón de unos 1.500 millones de euros anuales, de los que la mayor parte se lo llevan el tren AVE y la ampliación del aeropuerto de El Prat.
En la Región de Murcia -donde todavía no somos nación, ni nacionalidad, ni realidad nacional, ni nacionalistas- el Ministerio de Madgalena Álvarez gastará el año próximo algo menos de 200 millones de euros incluyendo todos los organismos autónomos que dependen de Fomento (no así las obras de conservación y mantenimiento). Por lo tanto, no se entiende a qué viene tanto empeño de los políticos catalanes en que la ministra dimita. Más bien deberían ponerle un monumento.
Argumentan en el Tripartito que, cuanto menos, el Estado (español) debería invertir en proporción a la aportación catalana a la economía estatal (española), con una ratio que supera el 18%. Por la misma regla de tres, Murcia debería recibir el 2,5% de la asignación presupuestaria total. Pero por algo somos murcianos, ya que parece que nos han premiado con el 3,2% de la tarta. Así que no tenemos motivo de queja, aunque en Cataluña el Gobierno de Rodríguez Zapatero invierta diez veces más que aquí.
Los Presupuestos Generales del Estado son como la piel de oso. Sólo son reales a año vencido. Es la única forma de comprobar cuánto ha gastado en realidad el Gobierno de la nación, ya que estamos hasta la coronilla de deslizamientos presupuestarios de un año para otro, de proyectos que acumulan lustros de retraso porque no hay dinero suficiente o simplemente porque se va a otras regiones como pago político .Por ejemplo, la autovía del interior con Valencia da auténtica grima. El año que viene piensan destinar 13 millones de euros a tamaña empresa. Una obra vital que vienen reclamando Jumilla y Yecla desde la noche de los tiempos. La cantidad habla por sí sola. A menos que quieran hacer una obra similar a la del Puerto de la Cadena, con un plazo de ejecución de 30 meses.
O parecida también a la del primer tramo del AVE en Alquerías, que está a punto de ingresar en el Libro Guinness de los Récords como la obra más pequeña ejecutada en el mayor tiempo posible (lleva año y medio de retraso y no está terminado ni el puente sobre la carretera de Santomera-San Javier).
Para los arcos norte y noroeste, que fueron reclamados desde Murcia hace dos legislaturas, se destinan dos millones de euros. Otra cantidad de risa a la vista de los graves problemas de tráfico y los colapsos diarios que sufre la séptima ciudad española. En fin. Esto no es Cataluña. No es un mal atribuido a la Administración socialista, sino también a la del Partido Popular y a cuantas hubo anteriormente. Junto con Madrid, el Sureste y Levante son las puntas de lanza de la economía, pero cuando se trata de invertir apenas se progresa. Los esfuerzos de los políticos locales apenas se ven recompensados y todo se eterniza a fuerza de meter la tijera en los presupuestos y de premiar a unos más que a otros, porque a fin de cuentas eso es la política.
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