Antonio Arco
La Verdad
A ver si pillamos a Benito Mercader -que ahora me hago un buceo, que ahora me relajo con las tortugas moras, que después me duermo con el canto de los pajaritos en peligro de extinción...- con un rato libre, y sin la escafandra puesta, y le preguntamos, por si acaso él lo sabe, que a ver qué pasa con los espacios naturales protegidos de la Región de Murcia, porque según la Guía práctica de todos los Parques Naturales y Parques Nacionales que se incluye en la web consumer.esEroski, muy visitada y muy popular por los estudios que realiza en este campo, resulta que la Comunidad Autónoma de Murcia no cuenta con ningún parque natural, ni con ningún parque nacional, ni por lo visto con algún espacio natural digno de ser visitado. Coño, lo que nos faltaba, entre otras cosas teniendo en cuenta que más de 20 millones de personas visitaron en 2005 los existentes en todas las demás comunidades autónomas del país.
Que Benito Mercader nos lo explique, ahora que espero que esté relajado tras el baño termal que ayer pudo darse en Archena, porque incluso aburre ya un poco esta costumbre de tomar a Murcia por el pito del sereno, que una cosa es que el cuidado de los parques regionales de Sierra Espuña, Calblanque, El Valle y Carrascoy, Sierra de la Pila, Ajauque y Rambla Salada y Salinas de San Pedro, deje incomprensible y lamentablemente mucho que desear, y otra que se les ignore de esa forma. ¿Acaso parque regional y parque natural no son dos formas de llamar a una misma cosa?, ¿acaso no merece nuestra naturaleza aparecer en el mapa de las bellezas naturales del país?, ¿acaso no es Calblanque -fijo que sí- una de las joyas costeras más hermosas del Mediterráneo?
Como Benito Mercader es consejero de Medio Ambiente(*) de aquí, que un día anuncia que Cabo de Palos-Islas Hormigas se convertirá en el primer Área Marina Protegida de España -(?)- y al siguiente que la ciudad encantada de Bolnuevo será declarada Monumento Natural -(?)-, a lo mejor saca algunas horas en septiembre y nos vamos poniendo ya, en serio, a lanzar menos globos de colores al aire y a proteger de verdad -resguardarla de la avaricia y la desidia, mantenerla limpia de basuras y olvidos, vigilarla atentos, enorgullecernos de ella- nuestra tierra -«El agua en la sed se aprende. / La tierra, en medio del océano» (Emily Dickinson) -que es lo único que, de verdad y para siempre, tenemos (y nos sostiene).
(*) Ahora llamada de Desarrollo Sostenible (¿ah!) y Ordenación del Territorio (¿ah!).
martes, 28 de agosto de 2007
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